La evolución
humana u hominización es
el proceso de evolución biológica de la especie humana desde
sus ancestros hasta el estado actual. El estudio de dicho proceso requiere un
análisis interdisciplinar en el que se aúnen conocimientos procedentes de
ciencias como la genética, la antropología física, la paleontología,
la estratigrafía, la geocronología, la arqueología y
la lingüística.
El término humano,
en el contexto de su evolución, se refiere a los individuos del género Homo. Sin embargo, los
estudios de la evolución humana incluyen otros homininos,
como Ardipithecus, Australopithecus,
etc. Los científicos han estimado que las líneas evolutivas de los seres
humanos y de los chimpancés se separaron hace 5 a 7 millones de años. A partir
de esta separación, la estirpe humana siguió ramificándose, originando nuevas
especies, todas extintas actualmente a excepción del Homo sapiens.
ASPECTOS
GENÉTICOS DE LA EVOLUCIÓN HUMANA
Al analizar el genoma humano
se ha descubierto que en su proceso evolutivo hay varios hechos que destacar.
Al realizar un mapeo
del genoma humano
actual, se observa que Homo sapiens comparte casi el 99% de los genes con el
chimpancé y con el bonobo. Para mayor precisión, el genoma de
cualquier individuo de nuestra especie tiene una diferencia de sólo el
0,27 % respecto al genoma de Pan
troglodytes (chimpancés) y de 0,65 % respecto al genoma de
los gorilas.
A partir del análisis
genético, se ha postulado igualmente que en la genealogía humana
habría habido introgresión en varias ocasiones dentro de
la historia evolutiva humana. Ejemplo de ello, el cromosoma Y actual
más antiguo (cromosoma-Y A00), el cual se remontaría hasta los Homo sapiens arcaicos (hace unos
340 000 años aprox.).1 También
destaca el descubrimiento de la existencia de hibridación con otras especies homínidas
más antiguas, tales como el Homo neanderthalensis (de un 1 %
a un 4 % de genes neandertales por persona, principalmente en Europa),2 y
con el homínido de Denisova (la población
local que vive actualmente en Papúa Nueva Guinea, en el Sudeste Asiático, le debe al menos el 3 %
de su genoma por persona a los homínidos de Denisova).3 4 Sin
embargo, destaca que al analizar el porcentaje total de DNA del Homo
neanderthalensis dentro de la población humana actual no africana (no
dentro de un solo individuo actual), este porcentaje aumenta significativamente
a un 20%; estando este genoma neandertal relacionado con genes que produjeron
una "heterosis"
a adaptaciones ambientales (como fenotipos de
la piel), pero también implicado en enfermedades como la diabetes tipo
2, la enfermedad de Crohn, el lupus y lacirrosis biliar.
Igualmente destaca que
los retrovirus endógenos humanos (HERV) (Secuencia
de ADN derivado de virus pertenecientes al grupo de los retrovirus)
comprenden una parte significativa del genoma humano. Con aproximadamente
98 000 fragmentos y elementos ERV, estos componen casi el 8 % del genoma
actual del ser humano, los cuales ha adquirido el ser humano en diferentes
periodos temporales de su evolución.
LOS
PRIMEROS HOMO
RECONSTRUCCIÓN
DE HOMO HABILIS
No se sabe con certeza
de qué especie proceden los primeros miembros del género Homo; se han
propuesto Australopithecus africanus, A. afarensis y A. garhi, pero no hay un acuerdo general.
También se ha sugerido que Kenyanthropus platyops pudo ser el
antepasado de los primeros Homo.9
Clásicamente se
consideran como pertenecientes al género Homo los homínidos capaces
de elaborar herramientas de piedra. No obstante, esta visión ha sido puesta en
duda en los últimos años; por ejemplo, se ha sugerido que Australopithecus
ghari fue capaz de fabricar herramientas hace 2,5 millones de años.10 Las
primeras herramientas eran muy simples y se encuadran en laindustria lítica conocida como Olduvayense o
Modo 1. Las más antiguas proceden de la región de Afar (Etiopía)
y su antigüedad se estima en unos 2,6 millones de años,11 pero
no existen fósiles de homínidos asociados a ellas.
De esta fase se ha
descrito dos especies, Homo
rudolfensis y Homo habilis,
que habitaron África Oriental entre 2,5 y 1,8 millones
de años atrás, que a veces se reúnen en una sola. El volumen craneal de estas
especies oscila entre 650 y 800 cm³.
HOMO
SAPIENS
Los parientes vivos más
cercanos a nuestra especie son los grandes
simios: el gorila, el chimpancé,
el bonobo y
el orangután.
Los fósiles más
antiguos de Homo sapiens tienen una antigüedad de casi 200.000 años20 y
proceden del sur de Etiopía (formación Kibish del río Omo), considerada como la cuna de la
humanidad (véase Hombres de Kibish). A estos restos fósiles
siguen en antigüedad los de Homo sapiens idaltu, con unos 160.000 años.
BIPEDESTACIÓN
Los Homininos,
primates bípedos, habrían surgido hace unos 6 o 7 millones de años en África,
cuando dicho continente se encontró afectado por una progresiva
desecación que redujo las áreas de bosques y selvas. Como adaptación al bioma de sabana aparecieron primates capaces
de caminar fácilmente de modo bípedoy
mantenerse erguidos (East Side Story;25 26 ).
Más aún, en un medio cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja algunas
de las mejores soluciones adaptativas son la marcha bípeda y la progresiva
reducción de la capa pilosa, lo que evita el excesivo recalentamiento del
cuerpo. Hace 150 000 años el norte de África volvió a sufrir una intensa
desertización lo cual significó otra gran presión evolutiva como para que se
fijaran los rasgos principales de la especie Homo sapiens.
VENTAJAS
Y DESVENTAJAS DE LA BIPEDESTACIÓN
Es evidente que la gran
cantidad de modificaciones anatómicas que condujeron del cuadrupedismo al
bipedismo requirió una fuerte presión selectiva. Se ha discutido mucho sobre la
eficacia e ineficacia de la marcha bípeda comparada con la cuadrúpeda. También
se ha notado que ningún otro animal de los que se adaptaron a la sabana al
final de Mioceno desarrolló
una marcha bípeda. Hemos de tener en cuenta que partimos de homínidos con un
tipo de desplazamiento cuadrúpedo poco eficaz para largos desplazamientos en
terreno abierto: el modo en que se desplazan los chimpancés, apoyando la
segunda falange de los dedos de las manos no puede
compararse a la marcha cuadrúpeda de ningún otro mamífero.
Los primeros homínidos de sabana probablemente se vieron obligados a
desplazarse distancias considerables en campo abierto para alcanzar grupos de
árboles situados a distancia. La marcha bípeda pudo ser muy eficaz en estas
condiciones ya que:
Permite otear el
horizonte por encima de la vegetación herbácea en busca de árboles o
depredadores.
Permite transportar
cosas (como comida, palos, piedras o crías) con las manos, liberadas de la
función locomotora.
Es más lenta que la
marcha cuadrúpeda, pero es menos costoso energéticamente, lo que debería ser
interesante para recorrer largas distancias en la sabana, o en un hábitat más
pobre en recursos que la selva.
Expone menos superficie
al sol y permite aprovechar la brisa, lo que ayuda a no recalentar el cuerpo y
ahorrar agua, cosa útil en un hábitat con escasez del líquido elemento.
Hace años se argumentó
que la liberación de las manos por parte de los primeros homínidos bípedos les
permitió elaborar armas de piedra para cazar, lo cual habría sido el principal
motor de nuestra evolución. Hoy está claro que la liberación de las manos (que
se produjo hace más de 4 millones de años) no está ligada a la fabricación de herramientas,
que aconteció unos 2 millones de años después, y que los primeros homininos no
eran cazadores y que a lo sumo comían carroña esporádicamente.
Pero la bipedestación
trajo una desventaja en la reproducción,
ya que el hecho de pasar del cuadrupedismo al bipedismo conllevó un cambio
anatómico de las caderas,
con gran reducción del canal del parto que hacía más difícil y doloroso el alumbramiento,
tal como se demuestra cuando se compara la cadera de un chimpancé promedio
con la de un Australopithecus como Lucy, quienes además
presentan un tamaño de cerebro similar.
HOMBRE
DE NEANDERTHAL:
En Alemania occidental,
en el valle del río Neander (Neanderthal en alemán), en 1856 unos obreros
estaban extrayendo piedra caliza de una cueva cuando hallaron unos huesos. Esto
no era insólito, y en casos similares era costumbre arrojar los huesos sin más.
Pero en esta ocasión la noticia llegó hasta el profesor de una escuela cercana,
que consiguió salvar unos catorce de aquellos huesos, incluida la calavera.
Por esta época, los
geólogos estaban seguros de que la Tierra era muy antigua, y los biólogos a su
vez estaban seguros de que los seres humanos habían aparecido mucho antes de lo
que la Biblia parecía indicar. Pero cualquiera que fuese esa antigüedad, ¿se trató
siempre de seres humanos o bien evolucionaron a partir de alguna forma más
simple?
Los huesos de la cueva
de Neanderthal eran claramente humanos, pero la calavera difería algo de la del
hombre actual. Poseía, en efecto, unos marcados maxilares óseos, frente y barbilla
hundida y una dentadura de una prominencia insólita.
Los restos se
denominaron en seguida hombre de Neanderthal, y se planteó la
cuestión de si era una primitiva forma de un ser humano o un mero individuo con
alguna afección ósea. El principal defensor de que se trataba de una primitiva
forma humana fue el antropólogo francés Pierre-Paul Broca (1824-1880), y su
criterio acabó imponiéndose.
Hace aproximadamente
unos 30 a 35.000 años, la subespecie del Homo sapiens neaderthalensis se
extinguió, y su lugar fue ocupado por nuestro predecesor más inmediato: el Homo
Sapiens sapiens.
Cuando, en 1856, se
exhumó en el valle de Neander, Alemania, el esqueleto de un ser poco corriente,
nadie quiso ver en él a un lejano antepasado del hombre. Como mucho, se pensó
que se trataba de un contemporáneo del diluvio. ¿Y ese aspecto tan extraño?
Tendría alguna
enfermedad o era un extranjero. O, mejor aún, si tenía el fémur arqueado era
porque se había pasado la vida a caballo, luego se trataba de un cosaco desertor
del ejército ruso que se había refugiado en una cueva. Y los anillos óseos por
encima de los arcos superciliares se deberían a un dolor crónico, que le
obligaría a fruncir el ceño.
Habrá que esperar casi
un siglo para reconocer en el hombre de Neandertal a un antepasado del hombre
actual, surgido hace casi 100.000 años, que amplió considerablemente el área
geográfica de la Humanidad, poblando Asia, África y Europa. Llevaba ropa,
fabricaba herramientas de piedra para curtir las pieles, cortar la carne o
cazar, construía albergues y cocía la carne en un fuego plano utilizado como
panilla. Se preocupaba mucho por los muertos.
EL
HOMBRE EN LA TIERRA: Escribir la historia del hombre es
preguntarse, en primer lugar, cómo pudo encontrar su lugar de existencia en la
Tierra, problema que tiene hoy una importancia extrema, por dos razones: los
viajes interplanetarios plantean la cuestión de la vida en los demás planetas,
mientras que el desarrollo desordenado de los medios destructivos en la
civilización contemporánea nos lleva a buscar lo que ha hecho posible al hombre
y que mañana corre el peligro de reducirlo a la nada.
Alrededor del Globo
está la biosfera, es decir, una delgada película de tierra firme, de agua y de
aire que la envuelve y único lugar donde se puede desarrollar la vida. Esta
biosfera es muy exigua: unos cuantos kilómetros por encima de nuestras cabezas
y todavía menos bajo nuestros pies. Contiene todos los recursos que necesitan
los seres vivos para subsistir. El milagro de la vida se basa en un frágil
equilibrio que el hombre puede destruir.
¿Cuándo
surgió el hombre?
Los australopitecus
son, probablemente, los antepasados del hombre. Bípedos, medían de 1,0 m. a
1,50 m y pesaban de 20 a 50 Kg. Su capacidad craneal era de 400 a 500 cm3. El
primer hombre debió surgir, probablemente, de algunos australopitecus, en la
sabana africana, hace unos 3 millones de años. Se trata del Homo habilis, que utilizaba
herramientas para despedazar la caza que capturaba y compartía con su familia.
Vivía en chozas.
¿Cuáles
son las etapas de su evolución?
Hacia 1,9 millones a
1,5 millones de años antes de nuestra Era, el hombre se lanza a la conquista
del mundo. Se trata del Homo erectus. Mide hasta 1,78 m, su capacidad craneal
supera los 1.000 cm3 y utiliza el fuego. Hace aproximadamente 100.000 años
surge el hombre de Neandertal, un ser inteligente, que entierra a sus muertos.
Tiene incluso la capacidad craneal del hombre actual (1.700 cm3l, pero su
esqueleto es más robusto. Hacia 35.000 años a. se pierde su rastro, brutal
desaparición que sigue siendo un misterio, aunque se cree q coexistió, durante
algún tiempo, con el Homo sapiens, que apareció entre los 35.000 y los 10.000
años antes de nuestra Era. El hombre Cro-Magnon es su representante más celebre
De capacidad craneal ligeramente inferior a del hombre actual (1.590 cm3), su
estatura y esqueleto eran iguales a los nuestros.
¿Qué
es el Paleolítico?
La Prehistoria se
divide en varios períodos en función de las herramientas y armas que encuentran
en las exploraciones. El más antiguo ha recibido el nombre de Paleolítico (del
griego palaiós, antiguo, y lithos, piedra), es decir, la Edad de la
Piedra antigua. Dura hasta unos 10.000 años a.C. y es un pei-íodo que se
caracteriza por la caza y la recolección. El hombre era nómada.
¿De
qué herramientas disponía el hombre?
La primera herramienta
hecha por el hombre que se ha descubierto data de unos 3 millones de años. El hombre
utilizó, en primer lugar, los cantos rodados, luego las piedras fáciles de
romper para obtener instrumentos cortantes: cuarzo y, sobre todo, sílex. La
raedera de sílex servía para todo: cortar, pinchar, raspar, trabajar los huesos
de los animales o la cuerna de los renos, e incluso para hacer agujas v
arpones. La madera también se utilizó, pero apenas han quedado vestigios de
ella.
¿Desde
cuándo se utiliza el fuego?
Desde luego, no se sabe
cómo logró el hombre dominar el fuego. Parece ser que en la Tierra tuvo lugar
una intensa actividad volcánica que provocaba gigantescos incendios. El rayo
también podía inflamar las hierbas secas o la nafta. Se cree que el hombre se
proveyó de brasas encendidos por causas naturales. Es la única especie animal
que logró dominar el fuego.
¿Cómo
lo conservó el hombre?
El dominio de los
medios para encender el fuego no parece remontarse a más de 40.000 ó 50.000
años, consiguiéndose posiblemente a través de la percusión de sílex o por
frotamiento, hasta la incandescencia, de trozos de madera. Antes de descubrir
procedimientos tan complicados, el hombre tuvo que transportar el fuego en
forma de brasas. También podía mantener un hogar permanentemente en un lugar
protegido, como en la caverna de Chu Ku-tien, donde se encontraron 7 m de
cenizas de unos 400.000 años de antigüedad.
una puta mierda
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